El Éxodo
a. Marco
histórico de la estancia en Egipto
1. Cronología del Éxodo
Tras analizar la historicidad de los relatos
patriarcales, estudiaremos ahora la historicidad de los relatos
relacionados con la entrada y salida de Egipto.
El Génesis se refiere al hecho de que tras el vagabundeo de las los
patriarcas por los bosques y pastizales del Canaán se asentaron en
Egipto donde residieron durante varias generaciones. El hermoso ciclo
de tradiciones sobre José y sus hermanos ambienta este descenso de las
tribus israelitas al país de Egipto con motivo de una gran hambruna
que se extendió por todo el ámbito del Creciente fértil. Esta estancia
de los hebreos en Egipto debería situarse entre los siglos XVII al
XIII antes de Cristo.
según una cronología que nos dice que los hebreos estuvieron
cuatrocientos años en Egipto, la presencia de los hebreos en Egipto
debería situarse entre los siglos XVII al XIII antes de Cristo (Gn
15,13; Ex 12, 40-41).
Según estas mismas tradiciones la presencia de los hebreos en Egipto
habría atravesado por dos etapas radicalmente distintas. Una primera
en la que gozaron del favor real del Faraón, de quien José había sido
el primer ministro. Y una segunda etapa en la que "se levantó un rey
nuevo que no había conocido a José" (Ex 1,8), y entonces el pueblo
hebreo comenzó a experimentar la opresión y la discriminación racial y
religiosa. "Estuvimos en Egipto como esclavos del Faraón, sacándonos
el Señor de allí con mano poderosa" (Dt 6,21).
¿Qué nos dice la historia profana sobre esta época? El descenso del
pueblo hebreo a Egipto podría situarse muy bien durante los siglos
XVII o XVI. En esta época, según el historiador Manetón, Egipto estaba
invadido por los hiksos, o pueblos pastores semitas, primos hermanos
de los hebreos, que establecieron su capital en Avaris (Tell ed.Daba).
Su hegemonía en Egipto puede coincidir con la dinastía XV, de los
siglos XVII-XVI.
Es verosímil pensar que durante el dominio hikso los clanes
patriarcales hubieran podido asentarse en Egipto con todo tipo de
facilidades al amparo de los faraones reinantes. Algunos hiksos llevan
los nombres de Jacob y Hur. El asentamiento en Goshen, en el delta, y
la proximidad al palacio del faraón (Gn 45,10; 46,28-29) es más
verosímil en la época de los hiksos, cuando la capital estaba en
Avaris, en el delta. Algunos nombres egipcios tales como Moisés y
Pinjás abonan la estancia de al menos una parte de los hebreos en
Egipto.
La situación básica descrita en el libro del Éxodo es la inmigración
de clanes semitas procedentes de Canaán y asentados en las regiones
del borde oriental del delta. Esta situación es perfectamente
verosímil y está bien documentada en lo hallazgos arqueológicos. La
vida de los cananeos estaba sometida a los ciclos de lluvia y sequía,
y en los períodos secos, tenían que refugiarse en Egipto, donde las
crecidas del Nilo eran estables y seguras. En la tumba de los Beni
Hassan podemos ver los retratos de algunos de estos semitas que venían
a Egipto buscando grano
Con todo, como ya vimos no hay que pensar que todos los clanes
estuvieron en Egipto, sino que estaban ya previamente asentados en
Canaán y se federaron a los recién llegados. Probablemente el núcleo
de los procedentes de Egipto sería el de los clanes de la "casa de
José", y también la tribu de Leví.
2.- Historicidad del Éxodo y la alianza
Estudiaremos en esta sección los resultados de la crítica histórica
sobre los sucesos que culminan en la entrada en Canaán de las tribus
procedentes de Egipto
-esclavitud.
No se puede dudar que una parte de los antepasados de Israel estuvo en
Egipto en esclavitud. Una tradición vergonzosa como ésta no puede ser
fruto de una invención. Muchos nombres de levitas son nombres egipcios.
Nos consta que los egipcios habían empleado a esclavos hapiru semitas
en las construcciones faraónicas.
-éxodo:
tampoco se puede negar que la salida de estos esclavos se realizó en
medio de hechos extraños y admirables que dejaron una profunda huella
en la conciencia colectiva. Aun aceptando que la versión actual está
muy magnificada según las leyes de la épica, en el origen debió haber
algún acontecimiento "providencial" que es la condición de posibilidad
de que se generase esa tradición. El éxodo es el centro de la
confesión del pueblo hebreo. No puede ser todo una leyenda.
Es verdad que en las crónicas egipcias no hay ningún documento que
confirme el hecho, pero eso no es de extrañar. Los egipcios no nos
cuentan sus derrotas en sus documentos, y además en cualquier caso
aquella derrota debió ser para ellos apenas un pequeño incidente,
apenas digno de mención. Es más que dudoso que la propia persona del
faraón capitanease el destacamento egipcio que persiguió a los
egipcios fugitivos.
-peregrinación y Sinaí:
Durante la marcha por el desierto se dio una experiencia religiosa que
marcaría definitivamente la vida del pueblo. Las estructuras básicas
de la identidad religiosa de Israel cuajaron en el desierto.
Un hecho tan decisivo y trascendental debió haber tenido un tiempo
fuerte: lo que llamamos la experiencia del Sinaí, o acta fundacional
de la alianza. No es posible determinar dónde estaba ese monte.
Tampoco es posible seguir el mapa de la marcha del pueblo. Puede ser
que distintas tribus viajasen por caminos distintos. En la Biblia se
mezclan distintos itinerarios y no es posible secuenciar un itinerario
único. Además los años del desierto no hay que concebirlos como un "viaje".
Ese camino se puede cubrir en pocas semanas. Es más bien un género de
vida, de itinerancia el que representan esos 40 años, más bien que un
viaje lineal de un punto hacia otro. Parece además que gran parte de
este tiempo lo pasaron junto al oasis de Qadesh Barnea.
Además hay indicios que nos hacen pensar que hubo itinerarios
distintos. Un grupo parece haber salido de Egipto por el Norte, y
seguir la costa mediterránea para internarse en Canaán por el Sur, en
lo que habría de ser después el territorio de Judá. Sería un grupo de
hijos de "Lía", y según parece salieron de Egipto expulsados, y no
huyendo.
El otro grupo, el que sale por el este de Egipto van huyendo del
faraón y evitan las rutas flanqueadas por las fortalezas egipcias.
Sería este grupo el que cruzó el Mar Rojo y atravesó el Sinaí llegando
a Canaán a través de las estepas de Moab por el este. Este sería el
grupo de Moisés y Aarón, que habría tenido la experiencia de la
alianza en el Sinaí.
No cabe duda razonable sobre la existencia de Moisés. Los sucesos del
éxodo y el Sinaí postulan una gran personalidad carismática. Todas las
grandes religiones han tenido un fundador personal y no son fruto de
experiencias colectivas anónimas. Recordemos el Islam, el Budismo o el
Cristianismo.
Lo mismo debemos pensar del Yahvismo, que en su conjunto representa
una de las más sublimes intuiciones religiosas de la historia. Casi a
priori tenemos que postular que debió existir un Moisés.
Hay que reconocer que el libro del Éxodo ha simplificado y a su vez
magnificado los recuerdos. El número de israelitas en Egipto nunca
pudo haber sido tan numeroso como nos cuenta Ex 12,37 (600.000
combatientes, que con mujeres y niños darían una cifra de dos millones).
¿Cómo una población tan grande podía haber sido atendida sólo por dos
parteras Sifrá y Puá? (Ex 1,15). Además si seguimos la cronología
corta -cuatro generaciones', ¿cómo es posible que las 70 personas que
han bajado a Egipto se hayan convertido en tan poco tiempo en 2
millones? La tradición de cifras elevadas puede provenir de una era
muy posterior, quizás de los censos de Salomón, cuando el pueblo
hebreo tuvo su época de máximo esplendor.
Lo más lógico es pensar que los israelitas en Egipto fueron sólo unos
pocos miles, a los que se irían quizás agregando otros clanes hermanos
durante el recorrido por el desierto o después de su entrada en Canaán,
hasta formar en tiempo de Josué la confederación tribal (Jos 24).
En cuanto a la opresión sufrida, está también descrita en términos
épicos, así como el relato de las plagas que culminarán en el permiso
definitivo para que el pueblo salga de Egipto. Algunos han intentado
dar explicaciones científicas a las plagas. Velikovsky propuso una
explicación cósmica de un cometa que entró dos veces en contacto con
la tierra provocando fenómenos que explicarían las plagas y la
teofanía del Sinaí: el polvo rojo que coloreó el agua del Nilo,
provocó úlceras, tinieblas, temblores de tierra, movimientos de agua...
Otra explicación es geológica y piensa en la erupción del volcán
Santorín que habría provocado fuertes mareas en el Mar de los Juncos.
Otra explicación es naturalista y se apoya en la serie de fenómenos
que suceden en Egipto con motivo de las crecidas del Nilo en los meses
de julio y agosto.
Sin negar que pudiera haber hechos extraños y coincidencias que
impactaron profundamente la conciencia del pueblo hebreo en el momento
clave de su liberación, preferimos ver en las plagas un género
literario que transmite un mensaje teológico: la liberación de Egipto
sólo puede explicarse mediante una intervención especial de Dios en
favor de su pueblo. Dios libera al oprimido y castiga al opresor
cuando éste se niega a convertirse. La acción divina puede tener sus
mediaciones naturales en la astronomía, la geología, la historia, la
sociología... Pero es sólo la religión la que nos da una lectura
teológica de estos acontecimientos más o menos extraños o maravillosos,
como signos de una actuación divina salvífica.
B. La fe del
primitivo Israel
1.-
Fechación de la alianza
Se ha debatido también mucho hasta qué punto la alianza pertenece a la
época del desierto, o es una proyección al pasado de hechos que
tuvieron lugar ya en época de la monarquía. Ciertamente en la Torah
confluyen tradiciones muy antiguas con otras de la época del
asentamiento en Canaán (Código de la Alianza), e incluso de la
monarquía (código deuteronómico).
La pregunta es si al menos la intuición fundamental de la alianza
puede ser datada en el tiempo del desierto. Mendenhall, basándose en
la semejanza de la alianza sinaítica con los tratados de alianza
hititas, defendió que esta alianza debería ser contemporánea o poco
posterior a los hititas, lo cual nos llevaría a situarla en el s.
XIII, la época del desierto, y no más tarde en la época de la
monarquía. Otros niegan que exista tanta semejanza con los tratados
hititas, o mantienen que este modelo de alianza pervivió muchos siglos
y pudo haber ejercido su influencia en Israel más tarde, en tiempos
del Deuteronomio. Según esto la semejanza con los tratados hititas no
nos serviría para datar la alianza del Sinaí en fecha temprana. Pero
por otra parte hay que reconocer que la literatura profética anterior
al Deuteronomio se refiere ya a la religión israelita como religión de
alianza, implicando que este concepto estaba ya plenamente asimilado y
no puede ser un desarrollo tardío.
Otro argumento a favor de la antigüedad de la alianza es que supone la
condición de posibilidad de la confederación tribal de los primeros
años del asentamiento, y de la existencia de Israel y una mínima
coherencia. Además las tradiciones recogidas en las fuentes yahvista y
elohista tienen que ser lógicamente anteriores a la redacción de estas
fuentes. Por tanto no podemos datar la alianza en el tiempo del
Deuteronomio, sino que su núcleo central tiene que ser muy anterior.
2.-
Características del primer Yahvismo
Para distinguir las características del primer Yahvismo habría que
estudiar los textos que se consideran los más antiguos de todos en la
literatura bíblica. Entre ellos:
Canto de Débora: Jc 5
Bendición de Jacob: Gn 49
Canto de María: Ex 15,1-8
Bendición de Moisés: Dt 23
Salmos 29 y 68
En estos textos aparece que en la religión fundada por Moisés, el Dios
de la alianza es YHWH. Un Dios sin imagen, sin familia, sin
localización geográfica, con un nombre impronunciable. El Yahvismo
conserva la estructura de la religión patriarcal: elección, promesa,
alianza. Es Dios quien elige a los hebreos y hace con ellos su pacto.
Ambas partes se comprometen a cumplir su parte en el pacto con
fidelidad. El atributo principal de YHWH es su fidelidad a las
promesas.
Se ha discutido mucho si el monoteísmo de Moisés fue un monoteísmo en
sentido estricto o un henoteísmo. Depende de lo que se entienda por
monoteísmo. En la religión mosaica Dios es creador (YHWH significa "el
que hace existir"). No tiene familia. vive solo. Su poder alcanza no
sólo al pueblo de Israel sino al mundo entero. Los israelitas sólo le
pueden dar culto a él.
Los hebreos admitían la existencia de otros dioses menores. Pero
admitir su existencia no significa creer en ellos. Más bien se
burlaban de su debilidad para defender a los suyos. Y esta relación
burlesca mal puede ser llamada "fe". Israel sólo cree en Dios.
Otra característica típica de la religión de Israel es lo que
pudiéramos llamar "monoteísmo moral". YHWH, al contrario que otros
dioses, no exige de los suyos actos de culto principalmente, sino una
vida ética. No le satisfacen los holocaustos de quien daña a su
prójimo. Esta es quizá la intuición más original y sublime de la
religión de Moisés. De los diez mandamientos, siete hacen referencia a
obligaciones éticas para con los otros hombres.
o.
1. Ramesés Israel fue sacado de Egipto (Éx.
12; Núm. 33:5).
2. Sucot Después que los hebreos partieron
de éste, que fue su primer campamento, Jehová los guió desde
una columna de nube de día y desde una columna de fuego de noche
(Éx. 13:20–22).
3. Pi-hahirot Israel cruzó el Mar Rojo (Éx.
14; Núm. 33:8).
4. Mara El Señor sanó las aguas de Mara (Éx.
15:23–26).
5. Elim Israel acampó junto a las doce
fuentes de aguas (Éx. 15:27).
6. Desierto de Sin El Señor mandó maná y
codornices para alimentar a Israel (Éx. 16).
7. Refidim Israel luchó contra Amalec (Éx.
17:8–16).
8. Monte Sinaí (monte Horeb o Jebel Musa)
El Señor reveló los Diez Mandamientos (Éx. 19–20).
9. Desierto de Sinaí Israel construyó el
tabernáculo (Éx. 25–30).
10. Campamentos en el desierto Se llamó a
setenta ancianos para ayudar a Moisés en el gobierno del pueblo (Núm.
11:16–17).
11. Ezión-geber Israel atravesó pacíficamente
las tierras de Esaú y de Amón (Deut. 2).
12. Cades-barnea Moisés envió espías a la
tierra prometida; Israel se rebeló y no pudo entrar en la tierra;
Cades sirvió de campamento principal para Israel durante muchos años
(Núm. 13:1–3, 17–33; 14; 32:8; Deut. 2:14).
13. Desierto oriental Israel evitó entrar
en conflicto con Edom y Moab (Núm. 20:14–21; 22–24).
14. Río Arnón Israel destruyó a los
amorreos que lucharon contra él (Deut. 2:24–37).
15. Monte Nebo Moisés contempló la tierra
prometida (Deut. 34:1–4) y pronunció sus tres últimos
discursos (Deut. 1–32).
16. Llanura de Moab Jehová dijo a Israel
que dividiera la tierra y echara a sus habitantes (Núm.
33:50–56).
17. Río Jordán Israel cruzó el río Jordán
sobre tierra seca. Cerca de Gilgal se colocaron piedras del lecho
del río Jordán en conmemoración de la división de sus aguas (Josué
3–5:1).
18. Jericó Los hijos de Israel tomaron la
ciudad y la destruyeron (Josué 6).
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