Estrés: la sal de la vida
Como la experiencia cotidiana nos indica, el stress es una parte insustituible de la vida. Stress significa diferentes cosas para diferentes personas: por ejemplo, todos disfrutamos al exponernos a algunas fuentes de Stress. Pero al mismo tiempo, lo que es una fuente de placer para algunos, es una fuente de displacer para otros. Así podemos ver que hay quienes disfrutan de subir a una montaña rusa, o practicar deportes riesgosos (rafting, paracaidismo, montañismo, buceo, etc.), mientras que para otras personas esas mismas actividades serían una fuente de displacer intenso. También es cierto que resulta necesaria una cierta cantidad de stress para tener un buen rendimiento en cualquier tarea, dado que de otro modo, el individuo no encontraría motivación para su realización
Volviendo al título de esta nota, el stress le pone sal a la vida, le da sabor. Si la vida no tiene sal, es sosa y aburrida. Si en cambio salamos en exceso nuestra vida, allí empiezan los problemas.
Qué es el Stress
El concepto de stress ha ido evolucionando a lo largo de estas últimas décadas. Originalmente, Selye lo definió como la Respuesta General de Adaptación del organismo frente a un estímulo amenazante. Esa respuesta puede ser de dos tipos:
de afrontamiento de la situación | |
de huida, |
Frente a esta situación el organismo reacciona preparándose para la lucha o la huida. Es así a que se produce un aumento en el ritmo cardíaco, en el ritmo respiratorio, aumento de la presión sanguínea, se dilatan las pupilas, se tensan los músculos, se produce una vasoconstricción periférica, aumenta la glucemia, se libera adrenalina, noradrenalina, glucocorticoides, etc.
Una vez desaparecida la amenaza, el organismo vuelve a su funcionamiento habitual, reponiéndose del enorme gasto de energías físicas y emocionales.
Cuando la amenaza persiste, el organismo se mantiene en alerta permanente y se produce lo que Selye denominó el Síndrome General de Adaptación, que es la cronificación del stress. En esta condición, el organismo no cuenta con el tiempo necesario para su recuperación, y comienzan a agotarse sus energías físicas y psíquicas.
Podemos definir el stress como los procesos fisiológicos y psicológicos que se desarrollan cuando existe un exceso percibido de demandas ambientales sobre las capacidades percibidas del sujeto para poder satisfacerlas; y cuando el fracaso en lograrla tiene consecuencias importantes percibidas por el sujeto.
Cuando hablamos de la percepción del sujeto, nos estamos refiriendo a procesos complejos que engloban los procesos cognitivos, las creencias, pensamientos, inferencias, interpretaciones, predicciones, etc que el sujeto hace, de manera más o menos consciente en el proceso antes definido.
El concepto moderno de stress, entonces, refleja la interacción entre 3 factores:
La sola consideración de estos factores, ya va perfilando los modos de intervención de los que puede disponer el clínico.
- El entorno
- La manera como la persona percibe el entorno (función de la personalidad, experiencias previas, etc.)
- La percepción de los propios recursos de la persona para enfrentar las demandas del entorno (o Autoeficacia Percibida)
Como podemos apreciar, en la definición precedente está puesto el acento principalmente en la percepción del individuo, en el aspecto subjetivo. Y si bien, se han construido escalas de eventos estresantes (a la cabeza de las cuales figuran hechos tales como la muerte de un familiar, enfermedad crónica, divorcio, casamiento, mudanza, pérdida del trabajo, etc.), éstas deben ser tomadas como orientadoras, dado que, eventos que para una mayoría serían considerados como inocuos, algunas personas pueden vivirlos como catastróficos de acuerdo con su propia percepción, y viceversa. También es importante destacar que el estímulo estresante puede provenir del propio individuo, como en el caso de una enfermedad grave o crónica, dolor crónico, etc. En otro sentido, y relativamente poco considerado en la clínica, un niño puede sentir los efectos del stress debido a mucha exigencia escolar, fracaso en los exámenes, sobrecarga horaria, etc.
Se han estudiado distintas características de las personas más predispuestas a sufrir el stress. Algunas de ellas son las que están sintetizadas en las características de personalidad Tipo A, por ejemplo:
En otro extremo del espectro, el sentido de control personal, (es decir, la sensación del control que la persona siente que tiene sobre lo que le sucede) influye notablemente: aquéllos que sienten que tienen poco control sobre sus vidas, son más propensos a sufrir el Stress.
Sentido de urgencia: la persona se siente impulsada a hacer más y más en menos tiempo. Impulso agresivo para hacer bien las cosas, muchas veces a expensas de los demás. Alto nivel de competitividad, y hostilidad: la persona a menudo es o se torna recelosa de los otros.
Rol de la Red Social Significativa:
La red social signifcativa aparece en muy
diversas investigaciones como importante a la hora de enfrentar agentes estresantes, tanto en trabajos vinculados a diferentes estresantes sociales (pérdida o cambio de condiciones de trabajo, divorcio, etc) como aquéllos vinculados a enfermedades, particularmente las crónicas.
Los estudios realizados por el matrimonio Simonton. por ejemplo, ponen de manifiesto la importancia del apoyo tanto de grupos naturales (como la familia) como de grupos ad hoc, como los mismos grupos Simonton de pacientes oncológicos u otro tipo de grupos de autoayuda.
En el mismo sentido, podemos citar que la mortalidad por todas las causas se incrementa dramáticamente para los viudos (en algunos casos de 1 a 10). También, se encontró que el status marital y los contactos con parientes y amigos fueron los predictores más poderosos (los grupos más aislados presentaban un incremento del riesgo de muerte de 2 a 3 para los hombres y de 2 a 8 para las mujeres)
Inclusive, se han realizado estudios en los que se demuestra que aquellas personas que tienen mascotas, se recuperan más rápidamente de intervenciones quirúrgicas.
Burnout
Cuando la persona es expuesta a
una situación particularmente estresante por un largo período, o | |
a una serie de situaciones estresantes con poca o ninguna posibilidad de recuperarse |
Burnout es una palabra de difícil equivalencia en castellano, que indica un desgaste intenso, una "quemazón" emocional y física. La persistencia de la situación estresante, y la imposibilidad de recuperarse del organismo, lo llevan a esta condición severa.
Los síntomas de Burnout son
Agotamiento Emocional
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Despersonalización
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Reducido sentido de logro
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Tendencia al cinismo |
Algunas de las consecuencias médicas, sociales y laborales del Stress y el Burnout son:
Deterioro de la salud física y mental: además de los trastornos emocionales señalados más arriba, el stress y el burnout pueden ser los disparadores de, o agravar enfermedades como, coronariopatías, diabetes, asma, colon irritable, úlcera gastroduodenal, depresión del sistema inmunitario, cáncer, psoriasis, herpes, etc. En el plano de los trastornos mentales, puede influir en el curso de la enfermedad bipolar, esquizofrenia, descompensaciones psicóticas, tendencia a la auto y hétero agresión, suicidio, etc. | ||||
Insatisfacción personal y laboral: el individuo se ve imposibilitado de disfrutar las actividades que habitualmente le brindan satisfacción. | ||||
Reducida productividad en el trabajo, deteriorando sus relaciones laborales e instalando otro círculo vicioso de mayor exigencia-imposibilidad de cumplir-mayor stress | ||||
Ausentismo, como consecuencia del agotamiento y deterioro de su salud. | ||||
Deterioro de las relaciones familiares y personales por los cambios en su conducta, en su carácter, en sus actividades, etc. |
Propensión al Burnout
Qué es lo que hace que algunas personas sometidas a un alto nivel de stress desarrollen un burnout y otras no? Algunas de las características de personalidad que se ha visto que pueden llevar más fácilmente a la persona sometida a un exceso de stress a desarrollar un burnout son
Sensibilidad a los sentimientos y necesidades de los otros | |
Dedicación al trabajo | |
Idealismo | |
Personalidad ansiosa | |
Elevada autoexigencia |
También es pertinente preguntarse qué nos protege del burnout. En general, el apoyo emocional parece ser un buen contrapeso del stress.
Aquéllos que tienen buenas relaciones personales están menos propensos a sufrir de stress. | |
En el trabajo, el apoyo de los superiores es particularmente valioso. | |
El apoyo no solamente debe estar disponible, sino que la persona debe querer hacer uso del apoyo. |
Cómo combatir el Stress?
El primer paso para combatir el stress es ser conciente de cuáles son los estresores específicos para ese individuo y cuáles sus reacciones físicas y emocionales. Y para ello es necesario
Percibir el stress, no negarlo. | |
Darse cuenta de qué cosas lo estresan. | |
Determinar cómo reacciona su cuerpo al stress. |
Pueden ser eliminados o evitados los estresores? | |
Puede reducirse su intensidad? | |
Puede reducirse la exposición a ellos? |
En tercer lugar, reducir la intensidad de las reacciones emocionales al stress. La reacción de stress es disparada por la percepción de peligro (físico o emocional)
Está la persona percibiendo sus estresores de manera exagerada? | |
Está tratando de complacer a alguien? | |
Está reaccionando exageradamente y viendo las cosas como absolutamente críticas y urgentes? | |
Trabajar para adoptar puntos de vista más moderados. |
Las técnicas de relajación (como la Relajación Muscular Progresiva de Jacobson, el Entrenamiento Autógeno de Schultz, etc.) ayudan a reducir la tensión muscular | |
Aprender a respirar lenta y profundamente para permitir volver a la normalidad el ritmo cardíaco y respiratorio | |
Hacer ejercicios aeróbicos no competitivos para reducir la tensión en el momento agudo del stress |
Nadar, caminar, andar en bicicleta, etc. regularmente | |
Comer balanceadamente, evitando estimulantes (nicotina, alcohol, cafeína, etc.) | |
Alternar el trabajo con el placer | |
Dormir el tiempo suficiente |
Desarrollar relaciones personales mutuamente gratificantes | |
Buscar apoyo emocional | |
Plantearse metas realistas | |
Estar preparado para algunas frustraciones, penas y fallas, y permitirse no ser perfecto. |
El estrés en la mujer
Estrés derivados de su fisiología: desarrollo de los senos, menstruación, embarazo y menopausia.
Estrés derivados de los cambios de vida: el matrimonio, la maternidad, el divorcio, el pasar los cuarenta años en una cultura que venera la juventud y la belleza, la viudez y la reorganización de la vida cuando los hijos son mayores.
Estrés psíquico que a menudo siente la mujer soltera de vida supuestamente divertida, que fue educada a la antigua, el ama de casa a la que se presiona para que salga de casa y se realice, la mujer que trabaja y a la que se presiona para que vuelva a casa a fin de no perder a su familia y la eterna experta en inseguridad.
Estrés oculto que perturban, angustian y agotan como el machismo, el sexismo sutil, el ser anfitriona, el hablar con niños de dos años.
El estrés de las crisis vitales, que caen principalmente sobre los hombros de la mujer: la atención a los padres enfermos, el cuidado de un hijo disminuido, el asegurar que la vida continúe.
Causas y efectos del estrés
El estrés puede derivar de algo que ocurre a nuestro alrededor o de lo que ocurre en nuestro interior. Puede derivar de un problema laboral, de una crisis familiar o de un ataque de ansiedad o inseguridad. Puede ser intermitente, pasajero o crónico. El efecto principal del estrés es la movilización del sistema "lucha, huida o miedo" del cuerpo. Pero supongamos que - como ocurre tan a menudo en la vida moderna - el estrés que sufre una persona no requiere ningún tipo de acción.
Supongamos, por ejemplo, que una persona acude a una cita importante y se ve atrapada en un embotellamiento. No hay movimiento, no hay escapatoria, no hay acción. En esa situación, sería más útil la relajación que los cambios bioquímicos y psíquicos a que da lugar el sistema de lucha, huida o miedo.
Si el estrés es breve no suele haber problemas, porque después el cuerpo tendrá tiempo de descansar. Esto es lo que ocurre cuando el estrés forma parte de un juego, un deporte o incluso una relación sentimental. La sensación de euforia que se experimenta en estos casos es el "estrés positivo", es decir, el que nace de actividades estimulantes que se pueden abandonar a voluntad. Pero si el estrés es prolongado y escapa al control del sujeto, el cuerpo no podrá descansar. Los efectos de este "estrés negativo" pueden empezar a aparecer.
Algunos síntomas de estrés son:
Dolores de cabezaSíntomas del estrés femenino
Dificultad en la deglución (espasmos esofágicos)
Acidez
Náuseas
Mareos
Dolores en el pecho, en la espalda, en el cuello
Micciones frecuentes
Disminución de la memoria
Espasmos gástricos
Sudores fríos
Fatiga crónica
Crisis de angustia
Insomnio
Estreñimiento
Diarrea
Los síntomas de estrés mencionados pueden afectar y afectan tanto al hombre como a la mujer, pero las mujeres no padecen sólo estos trastornos sino también otros, menos conocidos, que derivan de su peculiar fisiología, de sus cambios vitales y de las exigencias vitales y psíquicas de que son objeto. Y lo más importante de todo es que la mayoría de estos son prolongados y están fuera de su control; este es el tipo de estrés más peligroso que se puede sufrir. Entre los síntomas relacionados con el estrés que son específicos de la mujer están los siguientes:
· Amenorrea (desaparición de la menstruación)Entre los trastornos que no son específicos de la mujer pero que les afectan con mayor frecuencia que a los hombres están los siguientes:
· Melancolía menopáusica
· Vaginismo (coito doloroso)
· Frigidez (inhibición de la excitación sexual)
· Tensión premenstrual / dolor de cabeza
· Depresión posparto
· Anorgasmia
· Infertilidad
· AnorexiaEstos son los síntomas del estrés femenino, y cuanto antes establezcamos la relación entre su aparición y la incidencia del estrés en nuestra vida cotidiana, antes podremos ayudarnos a nosotras mismas a estar más sanas.
· Bulimia
· Neurosis de ansiedad
· Psicosis depresiva
Conocer y vencer al estrés
En los tiempos que vivimos,
quien más quien menos es víctima del estrés. Hoy por hoy es
prácticamente imposible librarse completamente de él, ya que
estamos bajo continuas presiones de diverso tipo: sociales,
laborales, familiares, profesionales y económicas. Ante todos
estos agobios, respondemos con un mecanismo de autodefensa que
tiene como objetivo conseguir adaptarse a estas complicadas
situaciones: el estrés
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La actitud personal que conlleva
el estrés tiene a menudo una parte positiva, que consiste en la
predisposición a actuar sobre el problema para intentar encontrar
una nueva perspectiva con la que poder afrontarlo con éxito. No
obstante, la parte negativa es que esa actitud también va asociada
con desconfianza, impotencia, rechazo, mal humor, irritabilidad y
depresión que pueden traducirse en diferentes síntomas físicos,
como cansancio, tensiones musculares, dolores de cabeza,
trastornos del apetito, alteraciones del sueño, hipertensión
arterial, úlceras, etc.
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En la vida existe un gran número
de factores potenciales desencadenantes del estrés, como iniciar
una relación de pareja, separarse, cambiar de domicilio,
nacimientos, fallecimientos, cambios profesionales, aumento de
responsabilidades, etc. En cualquier caso, lo que estresa es lo
que cada uno considera como "demasiado" o "excesivo", es decir,
aquello que nos hace pensar que supera nuestras posibilidades de
enfrentarnos con garantías de éxito a la situación creada.
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Es típico que en el ámbito
profesional se produzcan niveles altos de estrés, comúnmente
asociados con el exceso de trabajo. En este caso, la angustia
aparece normalmente porque, al haber mucho trabajo, es más
probable que haya al menos una parte que no pueda ser completada a
tiempo. Así, por ejemplo, muchos trabajadores se encuentran a
menudo frente a situaciones del tipo: "tengo llamadas pendientes y
no me da tiempo a contestarlas", "está sin resolver la propuesta
que me hicieron en la última reunión", "debería estar haciendo el
presupuesto del año que viene", o "tendría que leer esos informes
que me dejaron sobre el escritorio": en resumen, "¡cuándo voy a
poder hacer todo esto!".
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ESTRÉS POR MOTIVOS DE TRABAJO | ||||||||||||||||||||||||||||||
El estrés es un hecho habitual
en nuestras vidas. No puede evitarse por completo, ya que
cualquier cambio al que debamos adaptarnos conlleva cierta carga
de estrés. Los sentimientos negativos, daño, enfermedad o muerte
de un ser querido, son hechos estresantes, así como algunos
sucesos positivos: ascender en el trabajo trae consigo el estrés
del nuevo puesto, de nuevas responsabilidades.
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Nuestras experiencias
estresantes provienen de tres fuentes básicas: nuestro entorno,
nuestro cuerpo y nuestros pensamientos. El entorno se refiere a
las condiciones ambientales, como por ejemplo ruidos,
aglomeraciones, demandas de nuestra atención, etc. Las
fisiológicas se refieren a nuestro organismo: enfermedades,
accidentes, trastornos, etc. Por otro lado, las amenazas
exteriores producen en nuestro cuerpo ciertos cambios estresantes.
Así, nuestra forma de reaccionar ante los problemas, las demandas
y los peligros, viene determinada por una aptitud innata de lucha
o huida, cuando los estímulos que nos llegan son interpretados
como amenazantes.
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Este proceso se traduce en una
serie de cambios físicos observables. Así, por ejemplo, las
pupilas se agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza,
los músculos se tensan para responder al desafío y la sangre es
bombeada al cerebro para aumentar la llegada de oxigeno a las
células y favorecer los procesos mentales. Las frecuencias
cardiaca y respiratoria aumentan, y como la sangre se desvía
preferentemente hacia la cabeza y el tronco, las extremidades,
manos y pies, se perciben fríos y sudorosos.
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Si no se libera al organismo de
estos cambios ocurridos durante la fase de reconocimiento y
consideración de la amenaza, se entra en un estado de estrés
crónico. Cuando uno se siente estresado y añade aun más estrés,
los centros reguladores del cerebro tienden a hiperreaccionar
ocasionando desgaste físico, crisis del llanto, y potencialmente
depresión.
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Condiciones Estresantes | ||||||||||||||||||||||||||||||
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La sobrecarga de trabajo, tanto
en lo relativo a la complejidad de las tareas como en el excesivo
número de ellas, ha establecido una relación directa entre horas
de trabajo y muertes causadas por enfermedades coronarias. La
sobrecarga de trabajo también esta relacionada significativamente
con una serie de síntomas de estrés: búsqueda de formas de escape,
absentismo laboral, baja motivación en el trabajo, baja autoestima,
tensión, percepción de amenaza, desconcierto, alto nivel de
colesterol, incremento de la tasa cardiaca y aumento de consumo de
cigarrillos.
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Estres asociado a las Características del Puesto de Trabajo | ||||||||||||||||||||||||||||||
Ambigüedad del rol.
Surge cuando no se dispone de una adecuada información laboral,
responsabilidad o falta de claridad en los objetivos asociados al
puesto. También puede suceder que exista una excesiva demanda de
responsabilidad por parte de los compañeros sin haberse facultado
para ello, o por el contrario que exista esa facultad y no se
desempeñe. Esta situación representa para el trabajador una menor
satisfacción en el trabajo, mayor tensión y baja autoestima.
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La responsabilidad sobre
otras personas. Los trabajadores con
responsabilidad sobre otras personas tienen un mayor número de
interacciones estresantes, como es el caso de directivos que,
además, con cierta frecuencia tienen que asistir a reuniones o
deben cumplir demasiados compromisos de trabajo. Estas personas
suelen tener mayor presión diastólica y altos niveles de
colesterol. Pero existen otros factores causantes de estrés
relacionados con las funciones del trabajador, afectando
fundamentalmente a mandos intermedios, como son:
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Estrés producido por las Relaciones Interpersonales | ||||||||||||||||||||||||||||||
Cuando existen unas relaciones
pobres y hay poca confianza, se producen frecuentemente
comunicaciones insuficientes que originan tensiones psicológicas y
sentimientos de insatisfacción en el trabajo. En este sentido, al
considerar las relaciones con los superiores se pueden hallar
favoritismos por su parte que provocan tensión y presión añadidas.
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Por el contrario, las relaciones
con los subordinados son con frecuencia fuentes de estrés para los
directivos, al tratar de conseguir mayor productividad y un
tratamiento considerado.
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Las relaciones entre compañeros
también pueden ocasionar diversas situaciones estresantes, como
por ejemplo, rivalidad, falta de apoyo en situaciones difíciles,
culpabilización de los errores o problemas, e incluso una total
falta de relaciones.
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Estrés relacionado con el Desarrollo de la Carrera Profesional | ||||||||||||||||||||||||||||||
Por lo general, el trabajador
espera ir ascendiendo en los diversos puestos que tiene la empresa
a la que pertenece, es decir, tiende a mejorar no sólo en el
aspecto económico, si no que también aspira a puestos de mayor
responsabilidad o cualificación, desarrollando lo que llamaríamos
su carrera profesional. Por eso, cuando las expectativas se
truncan, aparecen tensiones o factores estresantes, como por
ejemplo:
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Cuando un ejecutivo de mediana
edad observa una ralentización en los procesos de promoción, y
experimenta que va alcanzando su propio techo y puede ser
sustituido por otros compañeros más jóvenes y con mas preparación,
aparecen tensiones, conflictos, ansiedades, insatisfacciones y
temores en relación con su posición profesional.
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Estrés producido por la estructura organizativa | ||||||||||||||||||||||||||||||
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El estrés producido por la
propia organización presenta los siguientes factores de riesgo
para la salud: ánimo deprimido, baja autoestima, poca satisfacción
en el trabajo, intención de abandonar el puesto y absentismo
laboral. Así mismo, en numerosos estudios realizados, la falta de
participación en el trabajo produce insatisfacción y un incremento
del riesgo de enfermedad física psíquica.
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En el contexto laboral se
experimentan otros síntomas estresantes que no son de carácter
cuantitativo ni cualitativo, si no que ocurren más bien cuando las
habilidades de la persona son incongruentes con respecto a la
tarea o el entorno laboral. No obstante, hay que tener en cuenta
que ante situaciones similares las personas reaccionan de forma
diferente. Así, cuando se produce una tensión por sobrecarga de
trabajo, mientras que una persona puede reorganizar eficazmente la
tarea, aprender nuevas formas, buscar ayuda o absorber sólo
aquello que es cabalmente posible, otra, según sea la situación,
puede sentirse incapaz de superar tal tensión y puede responder a
largo plazo con enfermedades coronarias, depresivas, etc.
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Para que el estrés laboral no
vaya carcomiendo nuestro interior debemos ser capaces de darnos
cuenta de que el trabajo es sólo uno de los aspectos de los que se
compone nuestra vida. Si dejamos que los problemas laborales nos
ocupen y preocupen más de lo necesario no sólo estaremos abonando
el terreno al estrés, si no que además corremos el peligro dejar
de lado otros aspectos individuales, familiares y sociales más
importantes incluso que el propio trabajo.
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SÍNTOMAS PROPIOS DEL ESTRÉS FEMENINO | ||||||||||||||||||||||||||||||
Todos los síntomas de estrés
pueden afectar tanto al hombre como a la mujer. Sin embargo, las
mujeres, además, pueden padecer otros trastornos derivados y que
tienen que ver con su particular fisiología, con sus cambios
vitales y con las exigencias psíquicas de que son objeto. Entre
los síntomas relacionados con el estrés que son específicos de la
mujer están los siguientes:
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Entre los trastornos que no son
específicos de la mujer pero que les afectan con mayor frecuencia
que a los hombres se encuentran los siguientes:
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La mujer tiene que enfrentarse
demasiadas veces no sólo con toda la serie de factores estresantes
que atacan al sexo masculino, si no que a menudo es ella también
la que tiene que ocuparse en mayor medida de la crianza de los
hijos y los trabajos de la casa. Por eso, la colaboración de su
pareja en estas tareas para que la carga se reparta entre los dos
resulta trascendental para que la mujer no se vea más expuesta al
estrés. Aunque sólo fuera por propio interés, el hombre debería
darse cuenta que una mujer poco estresada representa también menos
estrés para él. El estrés, o las causas que lo producen,
compartido, es menos estrés para los dos.
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EL ESTRÉS SIGUE AUMENTANDO EN NUESTROS DÍAS | ||||||||||||||||||||||||||||||
En la sociedad en la que vivimos,
se produce continuamente un incremento en el volumen de
información que recibimos, junto con una disminución en el tiempo
de que disponemos para procesarla. Veamos un ejemplo. En la
mayoría de países ya existe un gran número de canales de
televisión entre los que elegir, y por esta razón, a veces tenemos
la sensación de que al ver un canal determinado hay muchos otros
más que nos estamos perdiendo. Para contrarrestar esto, acudimos
al "zapping", y entonces ya ningún canal es suficiente como para
fijarnos en él, porque estamos pensando si en los otros que no
estamos viendo habrá un programa que sea mejor. Y así, se genera
un círculo vicioso donde probamos un poco de cada uno, lo que no
nos deja satisfechas, pero tampoco nos llena un canal concreto por
lo que nos pudiéramos estar perdiendo en los otros.
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Obviamente, lo que acabamos de
exponer es sólo un mero ejemplo, pero es aplicable a muchos otros
ámbitos de nuestras vidas, por supuesto mucho más importantes que
ver un canal de televisión u otro.
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CONSEJOS PARA COMBATIR EL ESTRÉS | ||||||||||||||||||||||||||||||
La clave del éxito es saber
parar a tiempo en cada momento. Esto es algo que se dice muy fácil,
pero que es complicado llevar a cabo, aunque, desde luego, es
factible.
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Empecemos por objetivos no muy
ambiciosos, que es la mejor forma de empezar. El mundo no va a
parar aunque queramos, pero lo que quizás sí podamos hacer sea
parar nosotras. Y esto significa revisar nuestras expectativas
acerca de las cosas. Para lograrlo hay muchos caminos, y todos
pueden conducir al éxito. No obstante, cada una de nosotras está
dispuesta a tomar uno y no otro en función de sus condicionantes.
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El primer paso es hacer una
relación de las cosas que a cada una nos resultan estresantes.
Ante cada uno de los factores que nos producen estrés debiéramos
preguntarnos: "¿puede ese factor ser cambiado o simplemente debe
ser tolerado?". De este modo, aparecen dos técnicas en función de
la respuesta, aunque lo ideal suele ser una combinación de ambas,
según el caso:
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Técnicas de Resolución | ||||||||||||||||||||||||||||||
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Técnicas de Aceptación | ||||||||||||||||||||||||||||||
Para tolerar lo que es inherente
a la vida:
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RELAJACIÓN CONTRA EL ESTRÉS | ||||||||||||||||||||||||||||||
Para algunas personas el estrés
es sinónimo de continuos sobresaltos, para otros equivale a
malestar y para la mayoría significa tensión. En todos los casos
el estrés representa para nosotros algo inquietante y altamente
perjudicial. Sin embargo, hemos visto que el estrés surge como una
respuesta, tanto física como mental, a las adaptaciones y ajustes
del ser humano a los diversos acontecimientos vitales. Esa
respuesta, que en principio puede ser natural y que aparece para
ayudarnos a afrontar nuevas situaciones, cuando se transforma en
una reacción prolongada e intensa es muy posible que desencadene
serios problemas físicos y psíquicos. Actualmente, el estrés es
uno de los factores de más alto riesgo en las enfermedades
cardiovasculares, por lo que te recomendamos una serie de pautas,
no sólo para intentar controlarlo, sino también para prevenirlo.
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De cualquier forma, si no
consigues quitarte el suficiente estrés de encima, el mejor
consejo que podemos darte, y el que mejor suele funcionar, es
acudir a la consulta de un psicólogo competente en el tema o de un
médico psiquiatra. Porque cada persona es un mundo, y los
profesionales en la materia son los que mejor nos pueden ayudar a
descubrir y resolver las causas del estrés, y de esa forma hacer
desaparecer sus efectos. No por ser algo cotidiano, debemos
resignarnos a vivir con una carga de estrés que llegue a
resultarnos insoportable.
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