GUIAS PARA EL
ENTENDIMIENT DE LAS ESCRITURAS
INTRODUCCION
¿ES IMPORTANTE LA BIBLIA?
Sin duda la Biblia es el libro que ha sufrido más
difamación que cualquier otro libro que haya sido escrito. Sin
embargo ha ministrado y sigue ministrando a millones de personas por
todo el globo y viene haciéndolo ya por unos mil años. Un libro de
esta índole y que lleva un impacto tan tremendo sobre la raza humana
ciertamente merece la consideración inteligente de ambos hombres y
mujeres.
Cuando estaba moribundo el Sr. Walter Scott, le
dijo al secretario, “Tráeme el libro”. El secretario pareció estar
algo confundido y miró al estante, el cual contenía los libros que
Walter Scott había escrito y se preguntó cuál de ellos el Sr. Scott
intentó que le llevara. De modo que le preguntó, “¿cuál libro?” Se
dice que Walter Scott le respondió, “La Biblia. Hay un sólo libro
para un hombre cuando le llega la hora de la muerte”. Es el libro
para cualquier hombre que esté moribundo, pero también es el libro
para el hombre vivo. Muchas personas tienen interés en la Biblia
solamente cuando se hallen en grandes dificultades. Es maravilloso
tener un libro en el estante al cual acudir en un tiempo así, pero
también es un libro que sirve para la energía completa de la vida.
Es un libro con que podemos hacer frente a la vida hoy en día, y es
el libro que enseña la única ruta segura a seguir por este mundo y
al próximo. Es el único libro que nos hace capaces de hacer frente a
las emergencias y que suaviza los golpes de la vida que nos llegan.
La Biblia es diferente de cualquier otro libro.
Este es un libro que ha influido a grandes
hombres, los cuales en su turno han tenido una influencia sobre el
mundo. Permítanme participarles unas declaraciones de unos grandes
hombres.
Había un príncipe africano que llegó a Inglaterra
y se le presentaron a su majestad la reina Victoria. El príncipe le
hizo una pregunta muy significante, “¿Cuál es el secreto de la
grandeza de Inglaterra ?“ La reina presentó al príncipe una Biblia
bellamente encuadernada, y le declaró “Esta es el secreto de la
grandeza de Inglaterra.” Me pregunto, mis amigos, si la decadencia
de Inglaterra a una nación de segunda clase, y de una calidad muy
inferior, pudiera haber sido el resultado de abandonar la Palabra de
Dios.
Gladstone, que era primer ministro y uno de los
más grandes pensadores jurídicos que la Gran Bretaña ha producido,
dijo: “¡Hable de las cuestiones del día! no hay sino una sola
cuestión, y es el Evangelio que puede y sí lo remediará todo. Me da
gusto decir que casi todos los hombres de primer rango en la Gran
Bretaña profesan ser cristianos”. Ahora, eso fue allá por el siglo
diecinueve. Gladstone continúa diciendo, “Hace cincuenta y ocho
años que sirvo de funcionario público. He pasado todos menos once
años en el gabinete del gobierno británico. Durante aquellos
cuarenta y siete años me he asociado con sesenta de los peritos del
siglo, y todos menos cinco eran cristianos.” Creo que una parte del
problema que tenemos en el mundo hoy en día es que existen muy pocos
cristianos que se encuentran de primer rango hoy. Por eso, hay muy
pocos que conocen la Palabra de Dios.
Michael Faraday, uno de los más grandes
experimentadores científicos del siglo diecinueve, declaró: “¿Por
qué se extraviarán los hombres cuando tienen este bendito libro de
Dios para guiarlos?” El científico del siglo anterior, el señor
Isaac Newton dijo: “Si la Biblia es la verdad, los días llegarán
cuando los hombres viajarán en una velocidad de 50 millas por hora.”
Y Voltaire, el escéptico de aquel entonces, comentó, “El pobre
Isaac. Estaba en su chochera cuando hizo esa profecía. Sólo sirve
para mostrar el efecto que produce un estudio bib1ico sobre un
científico”.
Pueda ser de interés notar lo que unos de los
primeros presidentes de los Estados Unidos dijeron acerca de la
Biblia. Juan Adams, el segundo presidente, dijo, “La he examinado
toda (es decir, todas las Escrituras), tanto como mi esfera
limitada, mis medios enderezados, y mi vida activa me la dejan
examinar, y hallo como resultado que la Biblia es el mejor libro en
el mundo. Contiene más de mi poca filosofía que todas las
bibliotecas que he visto, y las partes de ella que no puedo
reconciliar con esa poca filosofía, las aplazo para una
investigación futura.” Luego, otro presidente, Juan Quincy Adams,
dijo, “Hablo como un hombre del mundo a los hombres del mundo, y les
digo: Escudriñad las Escrituras. La Biblia es un libro sobre todos
los otros para ser leído en todas las edades y en todas las
condiciones de la vida humana; no para ser leído una o dos veces y
luego ser puesto a un lado, mas es de ser leído en porciones
pequeñas de uno o dos capítulos cada día.” Estos hombres servían de
presidentes en los días cuando la América del Norte gozó de ser una
gran nación. No nos comprometieron en las guerras extrañas y les fue
posible resolver los problemas de la calle. Alguien dirá que los
problemas de aquel entonces no fueron tan complicados como los de
hoy en día. Mi amigo, sí fueron complicados para aquel entonces. No
solamente en Inglaterra, sino también en los Estados Unidos han
abandonado la Palabra de Dios y por lo más lejos que desviamos, lo
más complicado llega a ser el problema. Y, es por eso que enseño la
Palabra de Dios en su totalidad. Yo creo que esa es la única
resolución, y francamente, mis amigos, más vale volvernos a la
Palabra de Dios.
Otro presidente, Tomás Jefferson dijo lo
siguiente en cuanto a la Biblia, “Siempre he dicho, y seguiré
diciendo, que la lectura cuidadosa del Sagrado Volumen nos hará
ciudadanos, esposos y padres de los mejores.” Eso es algo en que
podemos pensar hoy día cuando unos ciudadanos están quemando las
ciudades en que vivimos, y el aumento proporcional del divorcio
corre a rienda suelta.
Daniel Webster declaró: “Si hay alguna cosa en mi
estilo o pensamiento que sea de alabanza, el encomio se debe a mis
amables padres por infundirme desde temprano un amor para las
Escrituras.” ¿Qué les parece hoy?, padres cristianos, ¿Están
levantando a un Webster en el hogar? o, ¿Están levantando a un
‘hippy’ pequeño? Webster también dijo, “La he leído toda muchas
veces. Ahora tengo la costumbre de atravesarla una vez al año. Es el
libro de todos los otros para abogados tanto como para ministros.
Le compadezco al hombre que no puede hallar en ello un abasto rico
de pensamiento, y reglas para la conducta.”
EL LIBRO DE LIBROS
Nacida en el oriente y vestida de forma e
imaginación oriental, la Biblia anda por todo el mundo con pies
familiares, y entra en tierra tras tierra para hallar la suya en
todas partes. Se ha aprendido hablar al corazón del hombre en
centenares de idiomas. Llega al palacio para decirle al monarca que
es un siervo del Altísimo, y luego entra en la casa de campo para
asegurarle al campesino que él es un hijo de Dios. Niños escuchan su
relato con admiración y encanto, y sabios la consideran ser parábola
de luz. Contiene una palabra de paz en la hora de peligro, una
palabra de consuelo en el tiempo de calamidad, y palabra de luz en
la hora más obscura. Sus oráculos se repiten en la asamblea del
pueblo; su consejo se susurra en el oído del solitario. A los
perversos y orgullosos les hacen temblar sus amonestaciones, mas a
los heridos y contritos les resuena como voz de madre. El desierto y
lugar solitario han sido alegrados por ella, y el fuego del hogar ha
alumbrado la lectura de sus páginas bien hojeadas. Se ha pasado
lentamente a nuestros sueños más preciosos para que el amor, la
amistad, la memoria y esperanza, la simpatía y devoción se vistan de
la ropa más bella de su lenguaje atesorado que respira incienso y
mirra. ¡La Biblia! ¡La Palabra de Dios!
Autor Desconocido
¿ES EXCEPCIONAL LA BIBLIA?
La Biblia es un libro único por muchos lados. Es
muy excepcional en que tiene una calidad doble de autor. En otras
palabras, Dios es el autor de la Biblia, y a la vez hombres son los
autores de ella. En realidad, la Biblia fue escrita por unos 40
autores durante un período de aproximadamente 1.500 años. Unos de
estos hombres nunca oyeron decir de los demás, y no hubo ninguna
colusión entre los 40. Dos, o tres pudieran haberse juntado para
ponerse de acuerdo, pero a los demás no les fue nada posible. Y sin
embargo, han presentado un libro que tiene una continuidad más
maravillosa que cualquier otro libro que haya sido escrito. También
queda sin error. Cada autor expresaba sus propios sentimientos en su
propia época. Cada uno tenía sus limitaciones e imperfecciones, y
cometieron errores. El pobre Moisés sí cometía errores, pero cuando
Moisés escribió el Pentateuco, por una razón u otra, no escribió ni
una declaración errada. No ven, que es un libro humano y todavía un
libro divino.
Es un libro muy humano, escrito por hombres de
todas ocupaciones. Entre ellos había un príncipe y un pobre; había
uno muy intelectual, y también uno muy sencillo. Por ejemplo, el
doctor Lucas escribe un griego casi clásico y maravilloso en una
época cuando era muy popular hablar el griego Koiné. Pero Simón
Pedro escribió algo en griego también. Era pescador y su griego no
era tan bueno, mas Dios el Espíritu Santo usó a ambos hombres. Dejó
que expresaran sus pensamientos, sus emociones, y sin embargo por
aquel método el Espíritu de Dios dominaba de tal manera que Dios
dijo exactamente lo que quería decir. Aquella es la maravilla del
libro, la Biblia.
Es un libro divino. En la Biblia, Dios dice unas
2.500 veces, “Así dijo el Señor” o, “La Palabra del Señor vino sobre
mi” o, “Así ha dicho Jehová”. Dios lo ha hecho muy claro que habla
por medio de este libro. Es un libro que puede comunicarles la vida.
Aún pueden llegar a ser hijos de Dios, “siendo renacidos, no de
simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios
que vive y permanece para siempre.” Es la comunicación de Dios al
hombre. Si Dios hablara del cielo ahora mismo, se repetiría porque
ya ha dicho todo lo que quiere decir a esta generación. A propósito,
Dios no aprendió nada de nuevo cuando leyó el periódico de hoy. Y
cuando el hombre llegó a la luna, no descubrió nada que Dios ya no
sabía cuando nos dio la Palabra de Dios. Es el mismo Dios que creó
el universo en que vivimos hoy día.
La Biblia es divina y humana. De un lado es como
mi Señor, el cual caminaba en la tierra y se cansaba, y se sentó
junto al pozo. Aunque era Dios, también era hombre. Hablaba con
personas acá en la tierra y se comunicó con ellas. Este es un libro
que comunica. Habla a la humanidad hoy en día. La Biblia es para los
hombres tales como son.
La Biblia es un corredor entre dos eternidades
por el cual anda el Cristo de Dios. Sus pasos invisibles resuenan
por el Antiguo Testamento, mas le conocemos cara a cara en la sala
del trono en el Nuevo Testamento. Y es sólo por Cristo que fue
crucificado por mí que he encontrado el perdón de pecado y la vida
eterna. Se resume el Antiguo Testamento en la palabra CRISTO. Se
resume el Nuevo Testamento en la palabra JESUS, y el resumen de la
Biblia entera es que JESUS ES EL CRISTO.
Obispo Pollock
¿COMO SE SABE QUE LA BIBLIA ES DE DIOS?
¿Cómo se sabe que la Biblia es de Dios? Esta es
una buena pregunta, y digna de ser no sólo hecha sino también de ser
contestada.
1. LA PRESERVACION —Una de las
pruebas objetivas, una de las pruebas externas, ha sido la
preservación maravillosa de la Biblia. Había un rey de tiempos
pasados —leemos acerca de él en Jeremías— el cual, cuando le
enviaron la Palabra, tomó un cortaplumas y la cortó en pedazos.
Pero, la escribieron de nuevo, y tenemos aquella Palabra hoy día.
Hoy en día hay mucho antagonismo en cuanto a la Biblia. No la
quemamos hoy porque nos consideramos ser demasiados civilizados. De
modo que, la manera en que la destruyen es por prohibir su lectura
en las escuelas y en otros lugares públicos acá en los Estados
Unidos mientras que hablamos de la libertad de cultos y de palabra
que tenemos. A pesar de todos los ataques que han lanzado en contra
de la Biblia, todavía existe. Y por supuesto, es uno de los libros
que más se venden. Por muchos años era el favorito, pero no lo es
hoy día. Siento mucho tener que decirlo, pero es verdad que hoy en
día no es el que se vende más. Es cierto que es un comentario sobre
nuestra sociedad contemporánea revelando que la Biblia realmente no
ocupa el lugar hoy que una vez ocupaba en la historia y la vida de
Norte América. Pero la preservación maravillosa de la Palabra de
Dios es digna de nuestra consideración.
2. LA ARQUEOLOGIA —Otra manera
en que podemos saber que la Biblia es la Palabra de Dios es por
medio de la arqueología. La pala del arqueólogo ha desenterrado
muchas evidencias que verifican que la Biblia es la Palabra de Dios.
Por ejemplo, hay los que negaron por muchos años la autoridad
moisíaca del Pentateuco sobre la base de que el arte de la escritura
se desconocía en la época en que vivió Moisés. Y por eso, no pudo
haber escrito Moisés el Pentateuco. Ustedes no han escuchado
promover a alguien esa teoría recientemente, ¿verdad? Claro que no,
porque la pala del arqueólogo ha desenterrado escritura que data
desde un tiempo aún más anterior que Moisés. De modo que, su
argumento ya no es válido. Luego encontramos que los arqueólogos han
desenterrado la ciudad de Jericó y los muros que cayeron. Había un
argumento entre la señorita Keilog y el inglés que primero excavó
allí, pero yo creo que ha sido muy bien establecido que los
muros sí cayeron. Dejo que ellos mismos se disputen en cuanto al
tiempo y toda clase de cosas así. La Palabra de Dios ha sido
verificada en otras maneras también a través de los descubrimientos
arqueológicos. Muchos de los manuscritos antiguos que han
descubierto hacen ver la exactitud de la Palabra de Dios. Es muy
interesante que cuando hallaron los rollos de Isaías dentro de los
rollos del Mar Muerto, el liberal se apresuró a aprovecharlos porque
pensaba que había hallado un argumento que desacreditaría la Biblia.
Es muy interesante que no desacreditaron la Biblia, sino la
comprobaron y parece que el liberal ha perdido bastante interés en
aquellos rollos del Mar Muerto. Este es un campo en que no me es
posible entrar extensamente por ser tan breve el estudio, pero es un
campo al cual ustedes podrían investigar.
3. LA PROFECIA CUMPLIDA —Si me
pidieran hoy darles solamente una razón, una prueba conclusiva de
que la Biblia es la Palabra de Dios, yo diría que es el cumplimiento
de la profecía. La Biblia está llena de profecía cumplida, y yo creo
que esta es la prueba de la cual no se puede huir, ni la puede
evadir. Una cuarta parte de la Escritura, cuando fue escrita, era
profética; es decir, anunciaba cosas que iban a suceder en el
futuro. Muchísima de aquella —en efecto, muchísima más que lo que se
imaginan los hombres— ya ha sido cumplida. Bien podríamos volver a
muchos lugares donde la profecía ha sido cumplida exactamente. Hay
ejemplos de muchas profecías de acontecimientos locales que fueron
cumplidas aún durante los días del profeta. Por ejemplo, Micaías
era el profeta que le dijo al viejo Acab que cuando saliera a la
batalla, la perdería y sería matado. Sin embargo, los profetas
falsos de Acab le habían dicho que ganaría una victoria y que
regresaría de rey victorioso. Por causa de que no le gustó lo que
dijo Micaías, Acab mandó que lo echaran en la cárcel y que lo
mantuvieran con agua y pan hasta su regreso de la batalla, y luego
él cuidaría del profeta. Pero Micaías lanzó la última palabra y
dijo, “Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí”.
Pues, por lo visto, el Señor había hablado por él porque Acab no
volvió. Se mató en la batalla, y su ejército fue derrotado. Aún
procuró disfrazarse con camuflaje para que no hubiera peligro de
perderse la vida. Pero según el relato de Escritura, un soldado del
enemigo “disparó su arco a la ventura.” Es decir, que cuando la
bata1la ya estaba para terminar, le quedó una sola flecha en su
aljaba y la metió y la disparó al espacio. Pero, ¿saben algo?
Aquella flecha fue designada para el viejo Acab. Voló directamente a
su blanco. ¿Por qué? Porque Micaías había hecho una profecía exacta
del Señor (I de Reyes 22).
En otra ocasión, el profeta Isaías dijo que el
ejército de Asiria no dispararía ni una flecha en la ciudad (II de
Reyes 19:32). Bueno, eso es muy interesante. La profecía de Micaías
fue cumplida porque un so1dado disparó una flecha de casualidad. ¿No
creerían ustedes que entre 20.000 soldados, hubiera uno
irresponsable en el uso de armas de fuego, el cual dispararía un
“arco a la ventura”, y dejar que una flecha volara en la ciudad?
Bueno, ninguno lo hizo. Isaías había dicho que si el enemigo
disparara en la ciudad, entonces podrían estar seguros de que no
era profeta de Dios. Y era profeta de Dios como fue probado por este
cumplimiento local de la profecía. Pero Isaías también dijo que una
virgen pariría a un niño, y lo dijo 700 años antes de que fuera
cumplida literalmente. Y, si desean una prueba final, había más de
300 profecías tocantes a la primera venida de Cristo, y todas fueron
cumplidas literalmente. Al estar colgado Jesús en la cruz antes de
morirse, había una profecía que aún no se había cumplido. El Salmo
69:21 dice, “Y en mi sed me dieron a beber vinagre”. (Juan 19:28.30)
Es cosa asombrosa. Los hombres ni pueden adivinar así. Es algo
gracioso observar al meteorologista. Durante la estación de verano
en el sur de California él informa bien acerca del tiempo, mas al
cambiar la estación cualquier hombre pudiera adivinar tan bien como
él. En la nación de Israel un profeta tenía que hablar con
exactitud. Si sus palabras no fueran exactas, le podrían matar. Dios
había dicho que podrían discernir a un profeta verdadero porque lo
que predecía siempre pasaría. Le pidieron siempre al profeta que
profetizara un acontecimiento local como lo profetizó Isaías, y
luego podrían profetizar tocante al futuro como también lo hizo
Isaías. Ahora podemos reflexionar y ver que aquellas profecías
fueron cumplidas también.
Hay tantas otras profecías. Tiro y Sidón se
encuentran hoy día exactamente en el lugar donde la Palabra de Dios
hace 2.500 años dijo que estarían. Hoy, Egipto está exactamente en
el sitio en que Dios dijo que estaría. Todas estas profecías
cumplidas son asombrosas, mis amigos, y constituyen una de las
pruebas más grandes de que la Biblia es, de veras, la Palabra de
Dios. No ven, que los hombres simplemente no pueden ser tan exactos.
Los hombres no pueden aún adivinar así como eso.
Permítanme mostrarles que, según la ley
matemática de conjetura problemática, el hombre nunca podría
profetizar. Vamos a decir que yo profetizaré en cuanto al tiempo.
Supongan de que yo les diga ahora mismo que dondequiera que estén
mañana, que va a llover. Permítanme decirles que corro el riesgo de
tener razón por igual, porque mañana sí lloverá, o no lloverá.
Resultaría que para algunos de ustedes sería una profecía falsa.
Ahora, supongan que prediga que lloverá mañana y que empezará a las
nueve de la mañana. He añadido otro elemento incierto. Antes, tenía
la posibilidad de tener razón por igual, mas ahora la posibilidad se
baja en 25 por ciento. Cada elemento incierto que se añade disminuye
la posibilidad de que tenga razón según la ley de conjetura
problemática. Ahora, supongan que yo diga que empezará a llover a
las nueve de la mañana, y que escampará a las dos de la tarde.
¿Pueden imaginarse de la posibilidad de que sea exacto, o que tenga
razón? Supongan que añada yo 300 elementos inciertos. No hay ni
sombra de posibilidad de que sea exacto. Yo no podría dar en el
clavo, ni en el blanco. Me sería imposible. Sin embargo, la Palabra
de Dios sí dio en el blanco, mis amigos. Es muy exacta. La Biblia ha
entrado en aquella región de la imposibilidad absoluta, y eso me da
la prueba absoluta de que esta es la Palabra de Dios. No hay nada
que la compare. Les he dado solamente unos pocos ejemplos de la
profecía cumplida, mas se encuentra en la Palabra de Dios profecía
tras profecía que ha sido cumplida literalmente. Y, a propósito, yo
creo que nos indica el método por el cual la profecía para el futuro
todavía ha de ser cumplida.
4. VIDAS TRANSFORMADAS —Les
ofrezco dos razones más como pruebas de que esta es la palabra de
Dios. Yo he visto lo que la Palabra de Dios hace en las vidas de
hombres y mujeres. He visto las vidas transformadas de creyentes
hoy en día. Recuerdo ahora mismo de un señor que escuchaba el
programa por allá en Oakland, California. Le conozco bien. No les
voy a divulgar todos los detalles de su vida, pero es cierto que
tenía muchos problemas y que vivía en mucho pecado. De costumbre,
recibo cartas de personas que escuchan el programa por primera vez y
se convierten, y eso es magnífico y lo creo ser cierto. Pero este
señor empezó a escuchar el programa radial y seguía escuchando
semana tras semana. Se hacía antagónico y muy enojado. Me dijo que
si le fuera posible agarrarme cuando yo estaba enseñando la epístola
a los Romanos, informándole a él de que era pecador, me habría
apuñeado. Y francamente, mis amigos, creo que bien podría haberlo
hecho porque él es mucho más grande y fuerte que yo. Me alegro de
que no le fuera posible agarrarme. Pero este hombre aceptó a Cristo,
y permítanme decirles que ha sido maravilloso ver lo que Dios ha
hecho en su vida. Testimonios así como este se pueden repetir
muchísimas veces. Ambos jóvenes y adultos han hallado provecho y
realización en la vida, familias han sido reunidas, individuos han
sido librados del alcoholismo y la morfinomanía. Muchos han tenido
las vidas transformadas por venir a Cristo. Ahora, permítanme
darles otra razón. Al terminar mis estudios en el seminario, yo era
uno que predicaba en defensa del Evangelio. Procuraba defender la
Biblia. En efecto, creo que cada mensaje que yo predicaba trataba
de aquella defensa. Yo pensaba que si pudiera encontrar las
respuestas suficientes a las preguntas que se hacían para justificar
el no creer en la Biblia, entonces al dárselas, los hombres no
tendrían ninguna razón de no creer que la Biblia es la Palabra de
Dios. Sin embargo, hallé que aunque podría darles las respuestas, la
cosa más peor del mundo sería bajar corriendo intelectualmente a un
hombre. En el momento de hacerlo, nos hicimos enemigos y nunca
podría ganarlo para el Señor. De modo que encontré que ese método
fue contraproducente. Pues, me desalojé de la esfera de la
apologética porque sí era predicador de ella, y empecé a enseñar la
Palabra de Dios en la manera más sencilla que me fuera posible. Sólo
la Biblia puede cambiar al pecador en santo.
5. EL ESPIRITU DE DIOS LA VERIFICA
—Otra razón por la cual me desalojé de la esfera de la apologética
era porque ha habido un desarrollo positivo en la vida mía. He
llegado al lugar en mi vida donde no sólo creo que esta es la
Palabra de Dios, sino que también sé que es la Palabra de Dios. Yo
sé que es la Palabra de Dios por el hecho de que el Espíritu de Dios
la ha verificado en mi propio corazón y vida. Es lo mismo que Pablo
escribió a los Colosenses. Oraba que “seáis llenos del conocimiento
de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.”
(Colosenses 1:9) Eso sería precisamente lo que yo desearía que se
orara por mí porque he hallado que el Espíritu de Dios sí puede
verificar estas cosas en el corazón suyo, y que no necesitan de la
arqueología y otras pruebas para probar que la Biblia es la Palabra
de Dios. Hace mucho tiempo, un predicador joven me dijo que se
sentía emocionado por un reciente descubrimiento arqueológico. Le
dije que yo no lo consideraba ser una cosa de tanta emoción, y él
llevó un chasco grande y aún un disgusto porque no le respondí como
él quería que respondiera. Pues, me preguntó cómo era posible que
no me impresionó el nuevo descubrimiento. “Bueno,” le dije, “ya yo
sabía que era la Palabra de Dios mucho antes de que la pala del
arqueólogo desenterrara aquello.” Y, “¿Cómo sabías?” me preguntó.
“El Espíritu de Dios lo ha estado verificando en mi propio corazón,”
le contesté. Espero que el Espíritu de Dios les verifique la
Palabra de Dios y que la haga una realidad en su vida. Oro que les
dé la seguridad para poder declarar que sí saben que es la
Palabra de Dios.
¿QUE SIGNIFICA LA REVELACION? ¿LA INSPIRACION?
¿LA ILUMINACION? ¿LA INTERPRETACION?
La revelación
quiere decir que Dios ha hablado y que se ha comunicado con el
hombre. La inspiración garantiza la revelación de Dios. La
iluminación tiene que ver con el Espíritu Santo de Maestro. El
se comunica. La interpretación tiene que ver con la
explicación que ustedes y yo damos a la Palabra de Dios.
LA REVELACION
La revelación significa que Dios ha hablado “Así
ha dicho Jehová” y expresiones de esta naturaleza ocurren más de
2.500 veces en la Biblia. El Señor no quiere que entendamos mal que
El ha hablado. Fíjense en Hebreos 1:1, 2.
Dios, habiendo hablado muchas veces y de
muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.
Dondequiera que se encuentren dos personas
dotadas de un cierto punto razonable de inteligencia y que guarden
los mismos sentimientos y deseos, y que se atraen, verán que existe
una comunicación entre ellos. Personas que tienen las mismas
tendencias, aún estando separados el uno del otro, se gozan al
ponerse en contacto y se contentan al recibir comunicación el uno
del otro. Este característico innato del corazón humano explica el
porqué del departamento de correos, del teléfono, y del telégrafo.
Amigos se escriben y un esposo fuera del hogar escribe a su esposa.
El muchacho que esta internado escribe a su casa. También se envía
la epístola perfumada de una novia al novio, y él responde con la
epístola suya. Todo esto se llama comunicación. Es la expresión del
corazón. Las Escrituras dicen, “Un abismo llama a otro.” Recuerdo la
emoción que me sentía al leer la historia de Elena Keller. Ella fue
excluida del mundo por ser ciega y sorda, sin manera alguna de
comunicarse. Luego, se le abrió un camino para que pudiera
comunicarse, probablemente de una manera mejor que muchos de
nosotros que gozamos de las capacidades de ver y oír.
Ahora, sobre la base de todo esto, me gustaría
hacerles una pregunta que la creo ser racional, y ciertamente
inteligente. ¿No es razonable concluir que Dios se ha comunicado
con sus criaturas a las cuales ha capacitado de un cierto punto de
inteligencia, y a quienes creó a Su imagen?
Permítanme decirles que si no tuviéramos una
revelación de Dios, yo creo que ahora mismo ustedes y yo podríamos
esperar y El estaría hablándonos por el mero hecho, mis amigos, de
que podemos esperar que Dios nos hable. Se fijarán en que el
escritor a los Hebreos dice que Dios en el Antiguo Testamento habló
por los profetas, y que ahora ha hablado por Cristo. La revelación a
los profetas en el Antiguo Testamento, y la de Cristo en el Nuevo
Testamento, ambas están en la Palabra de Dios, por supuesto, y es la
única manera en que jamás supiéramos acerca de la comunicación de la
una o de la otra. La Biblia contiene 66 libros, y Dios nos ha
hablado por medio de ellos.
La Biblia contiene el pensamiento de Dios, el
estado del hombre, el camino de la salvación, la condenación de los
pecadores y la felicidad de los creyentes. Sus doctrinas son
santas, sus preceptos son justos, sus relatos son verdaderos, y sus
decisiones son inmutables. Léala para ser sabio, créala para ser
salvo, y practíquela para ser santo. Contiene luz para dirigir,
alimento para sustentar y consuelo para alegrar. Es el mapa del
viajero, el cayado del peregrino, la brújula del piloto, la espada
del soldado y la cartilla del cristiano. En ella el Paraíso se
restaura, el cielo se abre y las puertas del infierno se ponen al
descubierto. Cristo es su gran tema, nuestro bien su designio, y la
gloria de Dios su fin. Léala lenta, frecuentemente y en oración. Es
una mina de riqueza, un paraíso de gloria y un río de placer.
Involucra la más grande responsabilidad, recompensa la obra más
grande y condena a los que toman en poco su santo contenido.
Autor Desconocido
LA INSPIRACION
Ahora entramos al segundo gran tema, el cual es
la inspiración. Creo personalmente en lo que se llama la inspiración
verbal y plenaria de las Escrituras. Eso quiere decir que la Biblia
es una declaración autorizada, y que cada palabra es la Palabra de
Dios para nosotros en este día en que vivimos. La inspiración
garantiza la revelación de Dios. Y eso es precisamente lo que dice
este libro. Dos hombres, Pablo escribiendo su última epístola a
Timoteo, y Pedro escribiendo su última, ambos tenían algo muy
definido a decir en cuanto a la Biblia.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y
útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra. (II a Timoteo 3:16, 17).
Fíjense en que TODA la Escritura es dada por
inspiración. La palabra “inspiración” significa “expirada por Dios”.
Dios hablaba por estos hombres, como aquí habló por Pablo,
exactamente lo que El quiso decir. No hay más que añadir. Pedro lo
expresa en esta manera:
Porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo. (II de Pedro 1:21).
Es muy importante ver que estos hombres fueron
conmovidos, como si fueran llevados por el Santo Espíritu de Dios.
Era el Obispo Westcott que dijo, “Los pensamientos están unidos a
las palabras tan forzosamente como el alma está unido al cuerpo.” Y,
el Doctor Keiper dijo, “Puede existir la música sin notas, o la
matemática sin números tan fácilmente como pueden existir los
pensamientos sin palabras. No son los pensamientos que son
inspirados. Son las palabras que son inspiradas”.
Hay un cuentecito acerca de una muchacha que
había tomado clases de voz con un profesor famoso. En el día del
recital, el profesor llegó para escuchar cantar a la muchacha. Al
terminarlo, la muchacha estaba muy ansiosa de saber lo que decía el
profesor. Como no había llegado a felicitarla, ella preguntó a una
amiga de lo que el profesor había dicho. La amiga le contestó, “El
profesor dijo que cuando tú cantabas, le sonaba algo celestial”. La
muchacha no pudo creer que el profesor hubiera dicho eso, y le
preguntó de nuevo a la amiga, “¿Es verdad que dijo que le sonaba
así, celestial ?“ La amiga respondió que sí fue la verdad. La
muchacha persistía, “Quiero saber exactamente lo que dijo el
profesor. ¿Qué es lo que dijo en realidad?”. La amiga le contestó,
“Bueno, si quieres en verdad saber las palabras exactas, él dijo que
era un sonido ultraterrestre”. Permítanme decirles, mis amigos, que
un sonido ultraterrestre no quiere decir que suena celestial. Las
palabras exactas sí son importantes.
Créanme, que son las palabras de la Escritura que
son inspiradas, y no los pensamientos. Por ejemplo, Satanás no fue
inspirado a decir una mentira, pero la Biblia indica que mintió. Son
las palabras que son inspiradas. Y el Señor Jesús dijo, “Escrito
está,” citando la Palabra de Dios del Antiguo Testamento. Aquellos
hombres que escribían el Antiguo Testamento estaban proclamando lo
que Dios tenía que decir. En Éxodo 20:1 Moisés escribió: “Y habló
Dios todas estas palabras, diciendo:”. Fue Dios que habló. Moisés
escribió lo que dijo Dios.
Por los años han sido hallados muchos manuscritos
excelentes de la Escritura. Hablando en cuanto a los manuscritos en
Bretaña, el señor Jorge Kenyon, difunto director y bibliotecario
principal del museo británico, hizo esta declaración: “Gracias a
estos manuscritos, el lector ordinario de la Biblia puede sentirse
cómodo en cuanto a la pureza del texto. Aparte de pocas alteraciones
verbales de no importancia, las cuales se consideran ser naturales
en libros transcritos a mano, estamos asegurados de que el Nuevo
Testamento ha venido intacto.” Se pueden asegurar hoy de que tenemos
los que llegan tan próximos a los autógrafos como cualesquier puedan
llegar. Los autógrafos son inspirados y creo en la inspiración
verbal y plenaria.
Irenaeus, uno de los primeros padres de la
iglesia, dijo, “Las Escrituras, por cierto, son perfectas por
cuanto están habladas por la Palabra de Dios y por Su Espíritu.”
Augustín declaró, “Sometámonos, pues y doblémonos a la autoridad de
la Santa Escritura que no yerra ni engaña.” Y Spurgeon dijo, “Nunca
puedo dudar la doctrina de la inspiración verbal y plenaria en vista
de que veo constantemente en la práctica actual cómo las mismas
palabras que a Dios le agradó usar han sido bendecidas al alma del
hombre.” Dios habla en este libro a nuestros corazones y vidas.
LA ILUMINACION
La iluminación quiere decir que desde que usted y
yo tenemos un libro, un libro divino y humano, escrito por hombres
que expresaban sus pensamientos, sólo el Espíritu Santo puede
enseñárnoslo. Mientras que hacían esto, estaban escribiendo
realmente la Palabra de Dios. Aunque podemos adquirir los hechos de
la Biblia por nuestra propia cuenta, el Espíritu de Dios tendrá que
abrir nuestro entendimiento y corazón si es que pensamos entender la
verdad espiritual que se encuentra en ella.
Pablo, escribiendo a los Corintios, dijo:
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la
sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado
al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no
vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que
Dios ha preparado para los que le aman. (I a Corintios 2:7-9).
Ahora, usted y yo hoy adquirimos casi todo lo que
sabemos por la vía visual, o por la sónica, o por la de razonar.
Actualmente, Pablo dice aquí que hay ciertas cosas que el ojo no vio
ni oído oyó. Hay ciertas cosas que ni logran entrar en la mente.
Pues, ¿cómo es que las van a adquirir?
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de
Dios. (I a Corintios 2:10).
Muchos llevan este versículo a un funeral, y yo
lo oí citar en un funeral hace años. El pastor quiere decir que el
buen hermano Fulano de tal era gran hombre, pero que en verdad no
sabía mucho estando acá en la tierra. Pero ahora que está en el
Cielo, y reflexiona con madurez, sabe cosas que nunca antes podía
saber. Aunque eso es la verdad (recibiremos una educación única en
el Cielo), el versículo no está hablando de esto. Mucho antes de que
nos llegue la muerte, hay muchas cosas que no nos es posible
entender por las vías ordinarias estando acá en la tierra. El
Espíritu Santo ha de ser nuestro Maestro.
Ustedes recuerdan que en Mateo 16 cuando nuestro
Señor preguntó a los discípulos acerca de lo que se decía de El, que
le respondieron que se decía lo todo. Y, todavía se está diciendo lo
todo acerca de El. Bien pueden conseguir hoy tantas respuestas como
el número de personas a quienes preguntan. Hay muchos puntos de
vista acerca de El. Mas luego les preguntó:
Y, vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre
que está en los cielos. (Mateo 16:16, 17).
El es El que reveló la verdad a Simón Pedro. Y
hoy en día, sólo Dios puede abrirnos la Palabra para que la
entendamos verdaderamente.
En el día de la resurrección del Señor Jesús, El
caminaba en el camino a Emaús y acompañó a dos hombres en el camino.
Hablando con ellos, les preguntó:
¿Qué pláticas son estas que tenéis entre
vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? Respondiendo
uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único
forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han
acontecido en estos días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos
le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en
obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le
entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a
sentencia de muerte, y le crucificaron. (Lucas 24:17-20).
Ustedes recordarán que Jesús había predicho
aquello. Lo interesante es que hace años los profetas lo decían.
Entonces estos hombres expresaban una esperanza débil, la cual una
vez tenían mas ahora no existe.
Pero nosotros esperábamos que El era el que
había de redimir a Israel; Y ahora, además de todo esto, hoy es ya
el tercer día que esto ha acontecido. (Lucas 24:21).
Seguían contando lo que sabían ellos y lo que las
mujeres habían dicho. “Y fueron algunos de los nuestros al
sepulcro... pero a él no le vieron.” Sus esperanzas se habían
ensombrecido y oscuridad llenó sus corazones. Ahora escuchen al
Señor Jesús:
¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer
todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo
padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando
desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en
toda las Escrituras lo que de él decían. (Lucas 24:25
- 27).
Mis amigos, ¿no les gustaría haber estado allí
aquel día para escuchar la voz del Señor cuando citó del Antiguo
Testamento sacando a luz las Escrituras tocante a El mismo. Por fin
se les dio a conocer al sentarse juntos en la cena. Este es el
comentario de ellos:
¿No ardía nuestro corazón en nosotros,
mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las
Escrituras?
No ven, que estamos estudiando un libro que es
diferente que cualquier otro libro. No es sólo que creo en la
inspiración de la Biblia. Yo creo que este es un libro cerrado a
menos que el Espíritu de Dios abra el corazón suyo y el mío para que
sea significante. Luego, cuando Jesús regresó a Jerusalén en
aquella vez, seguía enseñándoles a sus discípulos.
Y les dijo: Estas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese
todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos. (Lucas 24:44).
Fíjense en que Jesús creyó que Moisés escribió el
Pentateuco. Creyó que los profetas hablaron de él y que los Salmos
le señalaron.
Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras. (Lucas 24:45).
Mis amigos, si El no abre el entendimiento suyo,
no entenderán las Escrituras. Por eso mismo, debemos acercarnos a
este libro con una gran humildad de mente, no importa lo inteligente
que seamos.
Volviendo la página a I a Corintios, Pablo sigue
diciendo:
Lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre
natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente. (I a Corintios 2:18, 14).
Nunca me perturbo cuando un inconverso, aunque
sea predicador, viene diciendo que no cree más que la Biblia sea la
Palabra de Dios. Para decir la verdad, nunca la había creído él.
Pero esa es la manera correcta en que debe hablar porque después de
todo, si no es creyente, no puede entenderla. Marcos Twain, que era
inconverso, dijo que no le perturbaba lo que no entendía de la
Biblia. Lo que le inquietaba era lo que sí podía entender. Hay cosas
en la Biblia, las cuales un inconverso puede entender y son esas las
que causan que muchos rehúsen la Palabra de Dios. Fue Pascal que
dijo: “Hay que entender el conocimiento humano para poder amarlo,
mas hay que amar el conocimiento divino para poder entenderlo”.
Al dejar el tema de la iluminación, permítanme
decir lo siguiente: Sólo el Espíritu de Dios puede abrir los
entendimientos y corazones suyos para que vean y acepten a Cristo, y
que confíen en El como su Salvador. ¡Que maravilloso! Me he sentido
siempre desvalido al entrar en el púlpito porque, créanme, el
hermano McGee no puede convertir a ninguno. Pero no me siento tan
sólo débil, sino también fuerte no por mí mismo sino por el Espíritu
de Dios. El Espíritu sí puede tornar estas palabras muertas y hacer
que signifiquen algo vivo.
LA INTERPRETACION
La interpretación tiene que ver con la
explicación que ustedes y yo damos a la Palabra de Dios. Y esa es la
razón por la cual existen los metodistas, los bautistas, los
presbiterianos, este tipo de maestro y aquel—todos tenemos nuestras
interpretaciones. Y donde hay desacuerdo alguien evidentemente está
equivocado.
Hay ciertas reglas que deben de ser seguidas al
tratar nosotros de interpretar la Biblia.
1. En primer lugar, debemos considerar
EL PROPOSITO QUE ABARCA TODA LA BIBLIA. Y esa es la razón por la
cual enseño toda la Biblia. Creo que es necesario estudiarla toda
antes de que se haga cualquiera declaración dogmática acerca de
cualquier versículo particular de las Escrituras. Es de suma
importancia llevar en cuenta todos los versículos que se refieren a
cualquier tema.
2. También debemos considerar A QUIEN
SE DIRIGE LA ESCRITURA. Por ejemplo, hace años Dios le dijo a Josué,
“Levántate y pasa este Jordán”. (Josué 1:2) Cuando yo visitaba aquel
país, pasé el río Jordán, pero no lo pasé para cumplir aquella
Escritura. Ni decía, “Por fin obedecí al Señor por pasar el Jordán”.
Claro que no, porque cuando leo aquel versículo yo entiendo que el
Señor está hablando a Josué, pero sí creo que hay una lección
tremenda para mí en esa porción. Toda Escritura no me está dirigida,
pero toda Escritura sí me sirve de provecho, y es bueno recordar
esto.
3. Luego debemos siempre considerar EL
CONTEXTO INMEDIATO, el cual cae antes y después de una Escritura.
¿De qué habla el pasaje? ¿Cuáles otros pasajes de la Escritura
tratan del mismo hecho?
4. Debe haber un esfuerzo hecho para
DETERMINAR LO QUE DICE EL TEXTO ORIGINAL. Si no lee el hebreo ni el
griego, al leer la versión Reina-Valera de la Biblia sí llega
próximo al original. Es la Biblia en español que más se usa hoy.
Han salido varias versiones en inglés, las cuales causan algo de
confusión. Hay las que son muy buenas, pero la mayoría quedan
nubladas del punto de vista del hombre que nos las ha dado. Muchas
no son traducciones, sino una forma de interpretación. Alguien me ha
preguntado que si, a mi parecer, la versión “Cartas Vivientes” es
una buena traducción, o no. Les digo que es una interpretación
maravillosa, pero no es una traducción. En unos de nuestros libros
de estudio, trato de dar una traducción de una palabra o frase.
Tratamos de llegar tan próximo al original que sea posible. Lo creo
ser imperativo.
5. INTERPRETE LA BIBLIA LITERALMENTE.
El difunto Doctor David Cooper lo ha declarado bien: “Cuando el
sentido obvio de Escritura queda en un sentido común, no busque otro
sentido; por eso, tome cada palabra en su sentido primario,
ordinario, usual y literal a menos que los hechos del contexto
inmediato, estudiados en la luz de los pasajes relacionados y de
verdades axiomáticas y fundamentales, indiquen claramente lo
contrario”.
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